¿Qué es la industria 4.0. o industria inteligente?
Es probable que, en más de una ocasión, hayas oído hablar de la industria 4.0 o la cuarta revolución industrial. Se trata de un término que, desde hace ya casi una década, se viene empleando para hacer referencia al presente y futuro de la industria. Un nuevo escenario que está cambiando completamente el modo y la forma en que los negocios operan.
El concepto de “industria 4.0” es muy amplio y tiene muchas finalidades pero, a día de hoy, podemos decir que se caracteriza principalmente por buscar que los procesos de fabricación sean mucho más flexibles e individualizados.
A lo largo del artículo, no solo ahondaremos en qué es la industria 4.0, sino que también veremos algunos de los objetivos y beneficios que puede suponer su implementación por parte de las empresas.
¿En qué consiste la industria 4.0?
Como comentábamos anteriormente, la industria 4.0 o industria inteligente tiene el fin de establecer nuevas formas de organizar los medios de producción, consiguiendo así crear y poner en marcha fábricas inteligentes. Estas fábricas inteligentes se caracterizan, a su vez, por su capacidad de adaptación a las necesidades y a los procesos productivos, siendo más eficientes en el uso de recursos.
En resumidas cuentas, podríamos decir que la industria 4.0 se centra, principalmente, en combinar inteligencia artificial y técnicas avanzadas de producción con el objetivo de ser más eficientes. No obstante, es importante tener en cuenta que la industria 4.0 no es una realidad consolidada hoy en día, sino un objetivo que, poco a poco, se va alcanzando con la aparición e implementación de las nuevas tecnologías.
¿Qué objetivos persigue la industria 4.0?
Actualmente, la industria 4.0 está en desarrollo, por lo que sus objetivos son variables y cambian con el tiempo. No obstante, podemos destacar que algunos de sus principales fines son:
- Descentralizar la toma de decisiones por medio de sistemas ciber-físicos:
Hasta ahora la toma de decisiones dependía de personas físicas que, en muchas ocasiones, tenían que estar presentes en la fábrica para la toma de decisiones. Sin embargo, en la industria 4.0, se busca que los propios equipos (ciber-físicos) sean autónomos, pudiendo incluso tomar decisiones por sí mismos.
Esto supone una considerable reducción de la carga de trabajo y, al mismo tiempo, se traduce en una disminución de los tiempos de producción, lo que lleva a una mayor eficiencia general.
- Interconectividad e interoperabilidad:
Busca que todos los elementos o agentes que participan en el proceso sean capaces de comunicarse entre sí. De esta forma, las personas, los equipos, las máquinas, sensores y aparatos podrían interactuar de manera satisfactoria. La idea que subyace es, por tanto, que todos los elementos estén interconectados de manera digital y puedan operar con facilidad entre ellos.
El papel de las personas en la industria 4.0 sigue siendo crucial, por lo que es muy importante que la “comunicación” entre personas y máquinas sea posible.
- Transparencia en los procesos
En la industria 4.0 el fin es que los procesos sean, cada vez, más flexibles y automáticos. De esta forma, al automatizar todos estos procesos, cada paso queda registrado, siendo difícil el cambiarlo o alterarlo. Esto ayuda a crear una cadena de valor no solo totalmente integrada, sino también transparente.
Beneficios de la industria 4.0
La implementación de la industria inteligente conllevará, además, una serie de beneficios y ventajas como por ejemplo:
- Producción más flexible y rápida.
- Aparición de servicios de atención al cliente individualizada.
- Reducción de costes.
- Flujo de información más transparente y eficiente.
- Capacidad para responder de manera más rápida y efectiva a los cambios del mercado y, por consiguiente, de la demanda.
- Aumento y mejora en la seguridad en los procesos productivos.
- Una mayor facilidad de trabajo para las personas.
Conclusión: ¿Qué papel juegan las personas en esta nueva era industrial?
La industria 4.0 supone todo un reto a afrontar por parte de las empresas, ya que no solo requiere de la implementación de diversas ciencias digitales, sino que también conlleva un cambio importante en la mentalidad empresarial.
En resumidas cuentas, podemos decir que la cuarta revolución industrial supone un salto importante en los procesos de fabricación, donde la tecnología y la digitalización cobran una gran importancia, sin perder las personas su protagonismo. Esto, a su vez, se traduce en una serie de beneficios como una mayor eficiencia empresarial y una mayor capacidad para adaptarse a las demandas del mercado, lo que hace a las empresas más competitivas.
Es importante destacar, también, el papel crucial que cobran las personas en este nuevo paradigma empresarial y es que, estas se convierten en el centro y eje fundamental de la nueva industria. En la “Smart Industry”, la tecnología recopila información y facilita el trabajo pero sigue siendo crucial contar con personal capaz de interpretar la información y/o crear/controlar toda esta nueva tecnología.
Está claro que la digitalización es y será uno de los pilares fundamentales sobre los que se cimentarán las fábricas y empresas de hoy y del mañana, pero las personas seguirán siendo el centro y el motor de toda esta nueva era empresarial.